Señor Villoro: me dirijo particularmente a usted porque tengo noticia de que fue uno de los principales promotores (¿o instigadores?) de la solicitud de muchos intelectuales mexicanos y extranjeros que consiguió que el señor Peter Florence y la señora Cristina Fuentes decidieran -tan apresuradamente como firmaron los intelectuales la carta abierta en la que hicieron pública su petición- quitarle a Xalapa, la capital de Veracruz, la sede del Hay Festival, allá a principios del año 2015.

Usted y sus amigos adujeron que una “celebración de la libertad y la cultura, como es el Hay Festival, no puede realizarse en un contexto de violencia contra la libertad y la cultura”, como consideraban con bastante razón que padecíamos durante el Gobierno de Javier Duarte de Ochoa, a quien acusaban que su “administración es la peor enemiga de la libertad de expresión, del derecho a la información y del pensamiento crítico en México”.

Era cierto, señor, totalmente cierto, pero ese escenario hacía que el Hay Festival fuera también un foro internacional en el que se daba a conocer el infierno que estábamos viviendo los veracruzanos, con un gobierno corrupto hasta límites insospechados, y criminal, como hemos ido sabiendo en la medida en que han ido avanzando las investigaciones del actual Gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, sobre los excesos terribles de su antecesor.

Fue un error quitarnos el Hay Festival, consideramos muchos veracruzanos, porque así Javier Duarte pudo robarse también el presupuesto estatal que se destinaba para apoyar la organización del evento; fue un error quitarnos el Hay Festival porque Duarte se libró así de las fuertes críticas que hacían muchos de los distinguidos invitados especiales que venían a darnos conferencias y pláticas.

Pero en fin, la carta que también signaron intelectuales de la talla de Noam Chomsky, Salman Rushdie, Elena Poniatowska y muchos cientos más consiguió tener el efecto esperado, y miles de jóvenes estudiantes veracruzanos perdieron así la oportunidad de conocer y escuchar personalmente a los más grandes exponentes de la cultura mundial.

Incluso, varios de los firmantes de la carta mostraron su arrepentimiento algún tiempo después, porque concluyeron que finalmente habían hecho un daño a la ciudadanía y de alguna manera un favor al terrible Gobernador.

En una carta que firmamos muchos ciudadanos de este hermoso estado en respuesta a la cancelación del evento para Xalapa, decíamos que la “pérdida del Festival afectó profundamente a la comunidad veracruzana. Los foros del Hay eran espacios donde grandes personajes del periodismo y la literatura se daban cita y opinaban libremente sobre el estado de cosas en Veracruz y el mundo, las críticas a Javier Duarte y su administración eran frecuentes.

“Cerrar espacios de discusión abona poco al debate. Por eso los veracruzanos estamos pidiendo el regreso del Hay Festival. Un regreso que debe ser autorreflexivo, autocrítico y que no sirva a los intereses políticos de Javier Duarte sino a los intereses culturales de la ciudadanía”.

No logramos que dieran marcha atrás a esa lamentable decisión, pero los veracruzanos tuvimos el arma de la democracia de nuestra parte, y el 5 de junio de 2016 votamos mayoritariamente en favor de la transición, para que fueran llamados a cuentas los pillos del duartismo, que tanto daño hicieron a Veracruz.

Por tales razones, hoy le pido que reconsidere su actitud de hace dos años, y que muestre el amor que le dice tener a Veracruz solicitando con el mismo entusiasmo y pasión que pidió su cancelación, que ahora regrese el Hay Festival a nuestra capital.

Se me termina el espacio destinado a esta columna, pero si me permite, en mi entrega de mañana le haré algunas consideraciones más.

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