El Frente partidista, mal apodado “ciudadano”, lleva al interior de su conformación contradicciones de gran peso que pudieran causar una implosión política y dejarlo sin efecto: a) el apodo de “Ciudadano” es impropio porque lo operan dirigentes partidistas pertenecientes a la partidocracia mexicana; b) la denominación original de “democrático” no es apropiada porque desde antes de cualquier consulta ya se sabe de las intenciones de Anaya para convertirse en candidato de ese Frente a la presidencia, y de la señora Barrales para la CDMX ¿quién lo decidió así?; c) si Mancera decide apuntarse como precandidato ¿A quién de entre Anaya y él se elegirá, y cómo? Recordemos que Mancera es apartidista, es decir, cubre mejor el perfil de “ciudadano”. Más preguntas sin respuestas, mientras se acerca la fecha límite para decidir el método de selección de candidatos.