- Así lo revela la investigación desarrollada por Hilda Carolina Peña Escudero, egresada de la Maestría en Ciencias de la Salud
- Fue expuesta en el 1er Coloquio en Investigación en Ciencias de la Salud “De la célula a la comunidad”, organizado por la UV
Hilda Carolina Peña Escudero, egresada de la Maestría en Ciencias de la Salud de la UV
Claudia Peralta Vázquez
11/12/2017, Xalapa, Ver.- El consumo de alimentos hedónicos o estímulos muy placenteros durante nuestro periodo de descanso ocasiona alteraciones en el sueño, lo cual podría generar cambios en actividades cognitivas como la memoria.
Según un estudio realizado por Hilda Carolina Peña Escudero, egresada de la Maestría en Ciencias de la Salud del Instituto de Ciencias de la Salud (ICS) de la Universidad Veracruzana (UV), los problemas del sueño afectan diariamente a la población, sobre todo si no practicamos una adecuada higiene del sueño, que contempla no exponerse a la luz en periodo de descanso y no consumir alimentos en horarios inadecuados.
“Cambios en el sueño y la memoria declarativa por la sincronización a un estímulo apetecible”, es el tema del trabajo presentado el viernes 1 de diciembre dentro del 1er Coloquio en Investigación en Ciencias de la Salud “De la célula a la comunidad”, organizado por el ICS.
Epidemiológicamente, en México es muy poco lo que se sabe acerca de las afectaciones del sueño, aunque en un 20 o 30 por ciento de prevalencia, los daños más comunes son ocasionados por insomnio y apneas de sueño (ronquidos o falta de oxigenación).
La joven, quien actualmente cursa el Doctorado en Ciencias de la Salud, precisó que el estudio fue realizado en animales, pues los modelos murinos (ratones y ratas) permiten tener un acercamiento a lo ocurrido en humanos.
“Durante el desarrollo de la práctica en el Laboratorio de Biología del Sueño, a cargo de Fabio Alfredo García García, a los animales se les dio un estímulo apetecible a la mitad de su periodo de descanso y vimos cómo se afectaba su sueño”; también se encontró que conforme pasaban los días solían anticiparse a la recompensa hasta 45 minutos, es decir, se mantenían a la espera y a la expectativa.
Además se observó que recuperaban el tiempo perdido durante su periodo activo, en horarios donde no debían dormir. Sin embargo, los roedores tienen la oportunidad de descansar durante el día gracias a que el sueño tiene la particularidad de reestructurarse.
Por el contrario, las actividades diarias impiden a las personas expuestas a factores estimulantes, recuperar el déficit de sueño.
Hilda Carolina, originaria de Villahermosa, Tabasco, quien cursó la carrera de Psicología en la UV por el prestigio que tiene a nivel nacional, dio a conocer que el estudio abarcó las consecuencias en funciones cognitivas a través de una prueba que mide la memoria declarativa, entendida como aquella que consolida durante la noche los eventos ocurridos durante el día.
No obstante, en los ratones este tipo de memoria no se vio afectada, pero en humanos podría haber cambios o afectaciones.
“En conclusión, el sueño se reestructura pero no hay un déficit o aumento del sueño cuando las ratas se someten a estímulos apetecibles.”
En el marco de la exposición que tuvo lugar en el auditorio de la Facultad de Contaduría y Administración, mencionó que el síndrome de alimentación nocturna es un trastorno de la conducta alimentaria que afecta principalmente a sujetos que durante su periodo de descanso se despiertan e ingieren comidas o bocadillos ricos en azúcares y grasas.
“Las causas no se conocen ni cómo afecta su sueño, pero sí nos permite acercarnos un poco a lo que podría estar pasando con este tipo de trastornos de alimentación, y sobre todo cómo afecta la manera en que dormimos.”
Entre sus expectativas está evaluar otro tipo de funciones cognitivas como las memorias procedimentales, mismas que intervienen en el recuerdo de las habilidades motoras necesarias para realizar una tarea.
Como parte del doctorado espera dar seguimiento al tema, donde analizará qué tipo de hormonas o neurotransmisores podrían estar implicados en el despertar antes de los estímulos de alimento.