El balance electoral de 2016 resultó bastante provechoso para el Partido Acción Nacional al añadir a su inventario gobiernos estatales importantes, Veracruz entre ellos; encarrilado el líder nacional, Ricardo Anaya, supuso factible hacerse de Nayarit y Coahuila en 2017 pero ya no le resultó igual. De los acuerdos en lo oscurito poco sabemos, pero es revelador el berrinche de Anaya después de la elección en Coahuila, al despotricar contra el PRI y sus aliados en el gobierno federal. La respuesta fue contundente al exhibir la súbita riqueza familiar, a lo que Anaya respondió ya aliado con el PRD y MC echando abajo el pase automático de Procurador a Fiscal, que previamente había acordado con el gobierno,. se supone tendrá la debida respuesta a esa actitud. Pero, además, Anaya enfrenta fuerte oposición interna en su partido, los calderonistas se están fortaleciendo y doña Margarita es de fuerte pegada; esta intensa pugna partidista recuerda aquella de 1976 cuando el dirigente nacional panista, Miguel Ángel Conchello, se empecinó en candidatear a Pablo Emilio Madero a pesar de la fuerte oposición interna, como consecuencia el PAN no presentó candidato contra López Portillo.