- Expertos analizaron los resultados de la contienda electoral en el país vecino y sus repercusiones para México
Los investigadores Alberto Olvera, Michael Ducey, Ernesto Treviño, José Galindo y Carlos Garrido
Lucero Mercedes Cruz Porras
Xalapa, Ver., 22/12/2016.- El Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S) de la Universidad Veracruzana (UV), en el marco del Seminario de Economía Política y Dinámicas Sociales, presentó el martes 29 de noviembre la mesa de debate “Resultados de las elecciones en EEUU”, en el Auditorio “Gonzalo Aguirre Beltrán” de sus instalaciones.
Los investigadores Alberto Olvera Rivera, José Galindo Rodríguez, Carlos Alberto Garrido de la Calleja y Michael Ducey analizaron distintas perspectivas de la relación entre Estados Unidos (EEUU) y México. Ernesto Treviño Ronzón condujo el debate hacia la reflexión de un proceso de elección y de campaña “con un desenlace complejo y revelador que abre interrogantes en distintas fuentes”, ocurrido el pasado 8 de noviembre en el país norteamericano, territorio donde el candidato republicano Donald Trump aventajó en los resultados de las elecciones presidenciales 2016.
Al inicio de la mesa, José Galindo escatimó en ubicar las causas de que el empresario superara en votos a su opositora Hillary Clinton, representante del Partido Demócrata, en la contienda. Dialogó acerca de los grupos sociales hasta ahora descuidados en EEUU, sobre todo el de las clases medias altas. Explicó cómo la idea negativa sobre la población migrante, especialmente latina, se ha arraigado entre los habitantes estadounidenses que piensan que les han quitado el trabajo, “consideración que Trump retomó en su discurso, fomentando una conciencia racista de desprecio y discriminación”, dijo.
En cuanto a la trayectoria del empresario, el investigador destacó la forma en que “capitalizó los frutos del comercio creciente, en el episodio de la crisis financiera de 2008, un punto de quiebre económico que impactó en el electorado”. Posteriormente sometió a discusión la nueva tendencia mundial que suscita el contexto norteamericano, el cual plantea un retroceso en materia de igualdad y multiculturalidad difícil de cambiar.
Por otra parte, la argumentación de Michael Ducey giró en torno a las características del sistema electoral de su país de origen. Resaltó que Hillary Clinton obtuvo una mayoría de votos populares, en contraposición a los obtenidos por Trump, que alcanzó sólo un 47 por ciento de favoritismo; por esta razón justificó la génesis inmediata de un debate que rebasó escalas mediáticas internacionales. También mencionó el papel de partidos pequeños que únicamente disminuyeron el promedio de votaciones de los dos principales grupos políticos del país.
Catalogó el suceso como la consecuencia de un “rechazo generalizado de políticas de los últimos 40 años”, sobre todo en el caso de estados como Michigan y Wisconsin, con gran injerencia en el sufragio, “que pasaron de ser demócratas a internarse en un concurso racista con bases culturales”. Acerca de esta cuestión agregó tres ideas: “los discursos excluyentes (fundamentados en diferencias de clase y raza) se desenvolvieron en campañas falsas que tocaron miedos inducidos, cuya visión de los cambios en los mercados internacionales repercutió en la desmovilización de sindicatos”.
Alberto Olvera, Michael Ducey y Ernesto Treviño
En cambio, Alberto Olvera abordó la relación de dependencia y vinculación existente entre México y EEUU. Postuló que “la democracia liberal sufre una crisis en el mundo, que ha originado el rechazo de modos políticos añejos, en el marco de una nueva división internacional del trabajo”. Acordó que la política de identidad de los demócratas, de reconocimiento público de los sectores sociales vistos como “los otros”, creó la necesidad de que compitiera por la presidencia “alguien que viniera de fuera del sistema político, como una innovación crítica de los efectos del neoliberalismo”.
En este sentido, analizó a Donald Trump como “una figura de rompimiento con los estándares clásicos que representa una circunstancia histórica nueva y posiblemente un cambio del panorama político, debido a la polarización del voto de grupos inesperados”.
El investigador Carlos Garrido introdujo la comparación entre un “desgaste en el discurso de Hillary Clinton, que como parte de una continuidad de la línea de Barack Obama, se orientó al beneficio de grupos no americanos” y “la presencia mediática sin precedentes de Donald Trump, quien exacerbó un nacionalismo anti-otredad, estigmatizando la violencia”. Señaló “uno de los hackeos de estados manipulados más grande en la historia de Estados Unidos, que impactó en el devenir del ejercicio de la justicia social y de los acuerdos de trabajo en materia de migración”.
En cuanto a la República Mexicana, los investigadores concluyeron que habrá una gran atención en el rumbo a las elecciones de 2018, en un momento en el que la abstención juvenil manifiesta una de las “mayores despolitizaciones de la historia”. Agregaron que el Estado-nación actual se impone sobre una realidad, que de acuerdo al panorama gubernamental norteamericano, plantea la posibilidad de deportaciones masivas y de la construcción de un muro –como muestra del poderío de Donald Trump.
Por tanto, consideraron vías de respuesta alternativas desde el interior del país, que pudieran “asumir una postura proactiva –no defensiva– como eje para articular el desfase que se percibe en los programas vigentes, así como diseñar políticas de protección a los migrantes, sobre todo a aquellos que retornan de manera voluntaria e involuntaria”. Los expertos coincidieron en este punto, sugiriendo que “la UV debería posicionarse como la primera universidad con un programa específico para generar procesos que permitan el ingreso de estudiantes repatriados, que evitaría el fenómeno de re-emigración”.