Sé, Fidel, lo sabemos todos los veracruzanos, que tu deporte favorito consiste en hablar mal de Miguel Ángel Yunes Linares, referirte a él con motes insultantes, minimizar sus triunfos y sus logros como figura pública.

No pienso defenderlo aquí de tus diatribas, porque él no lo necesita.

Sin embargo sí sé, lo sabemos todos los veracruzanos, que como Gobernador se ha dedicado en cuerpo y alma a trabajar por el rescate de Veracruz, de un Gobierno y un estado que le dejaron hecho añicos.

Tú conoces perfectamente el dato de que el gobernador Patricio Chirinos Calero dejó su administración sin ninguna deuda pendiente; que el licenciado Alemán dejó un pasivo de entre 3 mil y 12 mil millones de pesos; que al terminar tu mandato, nos dejaste debiendo más de 30 mil millones de pesos, y que Javier Duarte elevó del débito hasta más de 100 mil millones de pesos. Las cifras son diferentes según el criterio y la fuente, pero lo cierto es que de una deuda cero con don Patricio, pasamos a una cómodamente manejable con don Miguel, y contigo la cosa empezó a ponerse candente, hasta que explotó con los excesos de tus niños de la Fidelidad en los últimos seis años.

Miguel Ángel Yunes Linares recibió un gobierno en bancarrota, con enormes cargas económicas y sin un peso en las arcas de la tesorería pública. A pesar de esa adversidad plena, logró salir avante del compromiso mayúsculo de los aguinaldos y los pasivos de diciembre del año pasado.

No, no te sulfures como lo haces cuando alguien habla bien de tu némesis, de tu Moriarty, de tu enemigo perenne. No te enojes porque no lo estoy elogiando, solamente estoy dando cuenta de lo que él ha realizado en estos casi dos meses de gestiones urgentes, de presiones enormes, de necesidades mayúsculas y de recursos escasísimos.

Seguramente no lo ha hecho todo bien. Como humano, ha cometido errores. Pero ha conseguido avances. Es inevitable cuando se trabaja con tanto ardor, con tanta pasión, con tanto denuedo.

De pronto han llegado medicinas a hospitales que no las habían tenido en años; de repente proveedores y contratistas han visto que se les paga lo que en justicia les corresponde -o parte, porque en la emergencia económica no alcanza para todos-; en la inmediatez se ha logrado arreglar un camino, una carretera.

La pesada maquinaria del Gobierno estatal ha empezado a moverse para dar los servicios que requieren los ciudadanos.

Aunque no te guste, Miguel está haciendo su chamba. Aunque te desagrade, los veracruzanos se han sumado a la cruzada para que nuestro estado vuelva a ser uno de los más importantes de la República en sus indicadores económicos, de productividad, de calidad de vida.

Pero, Fidel, a ti no te hemos visto participar en la recuperación de Veracruz.

Vienes y te muestras indignado porque se te ha acusado -dices tú- sin fundamento.

Vienes y enturbias el panorama del PRI estatal, porque quieres recuperar el control que tuviste alguna vez, y no te importa que el partido haga agua.

Vienes para seguirte aprovechando de Veracruz, es lo que vemos muchos.

Piensa bien, Fidel, ¿cómo te verías poniendo tu granito de arena en el esfuerzo que estamos haciendo para salir del atolladero?

¿Qué tan magnánimo serías considerado si, haciendo a un lado los rencores personales, anunciaras que vienes a aportar por la causa de la reconstrucción integral del Veracruz devastado que ahora tenemos, que de varias maneras tú nos dejaste?

Saca lo mejor de ti en la batalla por Veracruz. Deja a un lado los pleitos estériles. No pidas nada a cambio, que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu mano derecha…

Y si no, Fidel, mejor no vengas.

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