En Templo Mayor, de Reforma, se lee: “será el sereno, pero quien perdió y salió ganando fue Miguel Ángel Mancera, pues si bien dejó de lado su aspiración presidencial, terminó tomando el control total del PRD y aseguró para su grupo posiciones clave. De entrada, por supuesto, está la designación de Manuel Granados como nuevo líder del perredismo a nivel nacional. Además, a nivel capitalino, se sabe que las dos candidaturas al Senado serán también para perredistas, una de las cuales prácticamente está escriturada para el principal operador de Mancera: el conspicuo Héctor Serrano. Por si fuera poco, en el acuerdo con el PAN para la conformación del Frente, al perredismo le tocarían, por lo menos, 14 de las 23 diputaciones federales en juego en la Ciudad de México. Sin duda que los perredistas deben estar felices con el acuerdo. Ahora sólo falta saber qué dicen los panistas cuando vean la factura que tendrán que pagar por la candidatura presidencial de Ricardo Anaya”. No está mal, falta que ganen.