- Laura Emilia Pacheco destacó que un traductor es como un escritor oculto
Karina de la Paz Reyes Díaz
Xalapa, Ver., 03/05/2017.- Forrest Gander, José Luis Bobadilla y Laura Emilia Pacheco charlaron sobre la traducción de la literatura estadounidense en la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) 2017 de la Universidad Veracruzana. Gander y Bobadila remarcaron que no es lo mismo escribir poesía que traducirla, y Pacheco puso énfasis en la importancia de conocer el idioma propio para traducir otros.
Esta conversación se desarrolló el viernes 28 de abril en el Salón “Ramón Rodríguez” del Complejo Deportivo Omega, con una notoria asistencia de estudiantes universitarios y público en general interesado en el tema. A petición de Pacheco, Gander y Bobadilla también leyeron de su obra en inglés y español, respectivamente, pues ambos son poetas.
José Luis Bobadilla, editor de la revista Mula blanca, compartió que traducir es una aventura y además es algo nunca terminado, lo que se logra más bien es una versión.
“Una traducción nunca es una cosa realmente terminada, es una propuesta, una proposición. Yo creo que eso es lo fundamental en cuanto al oficio como traductor. Evidentemente, uno tiene que leer mucho, tener un vocabulario amplio, pero eso es la parte técnica, la más aburrida, y de eso no voy a hablar.”
Por su parte, Forrest Gander destacó que la importancia de la traducción es tal que sin ella “una lengua muere”. Añadió que como estadounidense siente una gran responsabilidad, pues su lengua, la inglesa, está desplazando a muchas otras.
“Es muy importante para mí infectar la lengua (inglesa) con los ritmos, imágenes y sensibilidades de otras lenguas”, dijo el autor de Science & Steepleflower, sólo por citar un título de su vasta obra literaria.
En tanto, Laura Emilia Pacheco opinó que la parte técnica es de las más interesantes de la traducción. “Lo que se traduce son las palabras, pero también ambientes, cadencias, que quizá sea lo más difícil. El traductor intenta verter o polinizar en otro idioma y dar una idea lo más aproximada posible a la sensación que produce esa lectura”, agregó.
Además, para ella un traductor que no sabe escribir bien en su idioma no puede traducir: “El traductor, de alguna manera, es una especie de escritor oculto que quizá usa la obra de otro autor para expresarse. Yo creo que la traducción es un curso de inmersión en la redacción, en las imágenes e ideas de ese autor”.