- Declara en su libro Mi vida y mi rostro ante el VIH, presentado en la Feria Internacional del Libro Universitario 2017
- Fue editado por Documentación y Estudio de Mujeres, A.C. (DEMAC)
El libro Mi vida y mi rostro ante el VIH fue expuesto en la FILU 2017
Claudia Peralta Vázquez
Xalapa, Ver., 28/04/2017.- “Soy una mujer de 32 años que puede leer el rostro positivo del VIH-SIDA, sobreviviente de abuso sexual y que agradece a la vida las lecciones aprendidas; esta enfermedad me sacó de la tristeza, del enojo y de la victimización e hizo darme cuenta de mi valor.”
Éste es un fragmento del libro Mi vida y mi rostro ante el VIH, autoría de Colibrí García, editado por Documentación y Estudio de Mujeres, A.C. (DEMAC), y presentado el jueves 27 de abril en la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) 2017.
Al comentar esta obra, ganadora del concurso DEMAC 2015-2016, Olga Beatriz Cuéllar Gaxiola, representante de esta organización no gubernamental en la ciudad de Xalapa, manifestó que éste es un valioso ejemplo del proceso de reconstrucción de una persona hacia una nueva identidad, una revalorización que abre creativas y nuevas perspectivas para Colibrí en el presente y sus proyectos hacia el futuro.
Dijo que esta autobiografía es un entrañable encuentro con una mujer, espejo en el que cada uno se puede mirar y así darse la oportunidad de reencontrarse con sí mismo y con los demás.
Ante los asistentes, relató que Colibrí escribe este libro bajo un pseudónimo después de recibir el diagnóstico del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), etapa en la cual sufre de mucha discriminación al ser perseguida y acosada.
La autora de esta historia real, de origen poblano y quien no pudo asistir a la FILU 2017 por cuestiones de salud, narra sus experiencias cotidianas y eventos extraordinarios por su terrible violencia y crueldad.
La autobiografía refleja cómo una mujer común y corriente vive su infancia y adolescencia en un contexto normal, con un padre por periodos ausente y una madre enfocada al cuidado de sus pequeños hijos, con carencias afectivas y económicas pero saliendo adelante.
Desgraciadamente, también fue muy común el acoso sexual desde su adolescencia, tanto en la calle, transporte público y en la escuela.
El acoso llega al extremo del horror y la violencia cuando es subida a la fuerza a un taxi para que su conductor pagara con ella una deuda al violador.
Tras pasar por años difíciles, toca fondo al saber que su violador la había contagiado de VIH, virus que ocasiona el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), y donde los dolores físicos se unen a los emocionales.
En el marco de este encuentro editorial, Olga Beatriz Cuéllar leyó varios fragmentos del libro para transmitir el sentimiento de Colibrí, poco antes de consultar a diferentes médicos con el fin de que alguno de ellos encontrara la causa del deterioro de su salud, pues el médico familiar –durante varios años– aseguró que sus males eran causados por su mente.
Este momento fue fundamental para alentar su decisión de llevar al pie de la letra el tratamiento propuesto por los doctores; y después de trabajar sobre sí misma –tanto física como emocionalmente– se aprecia su transformación en la conclusión de la autobiografía.
En las últimas líneas, subraya que el VIH también le mostró lo hermosa que puede ser la vida cuando se aprende a apreciarla. Saber que podía morir, la hizo valorar más su existencia y la vida a su alrededor.
“Soy una mujer que disfruta del amor y de la sexualidad con responsabilidad y plenitud, que admira a todas las personas que luchan por defender sus preferencias sexuales. Soy una mujer que lejos de pensar nuevamente en el suicidio, cuando recibe la noticia de que tenía VIH, decide luchar por su vida; soy una mujer fuerte, en el camino del empoderamiento, buscando un futuro en el que la sociedad pueda ser más sensible, comprensiva y humana del tema del VIH y las preferencias sexuales sin discriminación.”
Durante la presentación, Alicia Catalina Hernández Alarcón, Rocío Imelda Hernández Coria y Silvia Suárez Lajud, usuarias de DEMAC, leyeron fragmentos de sus autobiografías, producto de un gran esfuerzo que comenzaron en algún punto de su vida.
Al término, se dio a conocer que DEMAC es una organización enfocada a difundir la voz de la mujer y la escritura. Actualmente tiene cuatro sedes: Puebla, Chihuahua, Querétaro y Xalapa.
Continuamente, o cada seis meses, abre nuevos espacios y talleres para que las mujeres pierdan el miedo a la escritura y se atrevan a contar su historia.