Cuando criticábamos la dependencia del petróleo hablábamos de una economía petrolizada pues más de la mitad de nuestras exportaciones eran de productos petrolíferos y petróleo crudo, pero con la ramificación industrial, la diversificación de importaciones y la baja producción petrolífera aquella proporción ha cambiado, al grado que la entrada de divisas por concepto de remesas supera a las del petróleo. Sin embargo, las importaciones petroleras en el 2017 ascienden a 42,010 millones de dólares, un nivel que preocupa a los expertos de este país. Eso significa que el consumo de combustible proviene en un 69% de la importación, mientras que en 2016 fue de 57%. ¿Hacia dónde vamos?