13 mil 654 millones de presupuesto anual para 2018 es suma inédita para ser ejercida por un gobierno veracruzano, representa un sustancial incremento comparado con el ejercicio 2017 y los anteriores. Esta información la adelanta el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares en el umbral de su ya inminente primer informe de gobierno; también ha adelantado otros logros de importancia relevante, como la reducción del déficit presupuestal de 20 mil a seis mil millones de pesos, la reestructura de la deuda, que la Universidad veracruzana recibirá el tres por ciento del total presupuestado, y los sectores educativo, de salud y seguridad contarán con mayores recursos para 2018.

Doce meses después ya es posible formular un recuento de lo ocurrido en el primer año de ejercicio de un periodo de gobierno legitimado para dos años; casi en automático surge el ánimo comparativo entre este gobierno y sus dos inmediatos antecesores, y entre un estilo y otro de gobernar, sobre cuál es mejor los hechos deciden. Para puntualizar diferencias, basta con recordar el desorden administrativo de Fidel y de su fiel discípulo, Javier Duarte, porque ni uno ni otro se preocuparon por diseñar políticas públicas de desarrollo sectorial, tampoco de poner orden en las finanzas, fueron gobiernos de ocurrencias en los cuales imperó el desorden administrativo y financiero, coronados con corrupción al tope, con supino abuso del patrimonialismo en el ejercicio del poder, no se requiere alcanzar niveles de genio de la política o de experto en administración pública para deducir diferencias.

La evaluación precedente es a vuelo de pájaro, aunque tampoco hace falta mucha ciencia para calificar como malas o pésimas las administraciones de Fidel y de Duarte, pues éste último se desinteresó de la administración financiera y en medio de la ineptitud y la corrupción el doctor en economía no supo resolver el creciente déficit presupuestal alimentado por la anarquía administrativa, y para “resolverlo” acudió al cómodo método de la “licuadora”. Llega un nuevo gobierno y en meses reduce sustancialmente el déficit presupuestal, obviamente con el aporte de apoyo federal de 7 mil 500 millones de pesos extra, según el presupuesto federal aprobado por los diputados al Congreso federal.

¿Qué calificación merecería el gobierno encabezado por Yunes Linares en su primer año de gestión: bueno, malo, regular?  Vayamos a los hechos: Yunes Linares recibió una administración plagada de corrupción y atrozmente deficitaria, con sectores (agropecuario, salud, seguridad pública y turismo, principalmente), en irresponsable abandono; poner sobre sus pies lo que estaba de cabeza fue la primera tarea. Pero poco ha hecho por el campo, no mucho para recomponer la infraestructura carretera, tampoco en materia hospitalaria, qué decir de la inseguridad pública; razones de peso económico lo explican.

En campaña, Miguel Ángel Yunes creó expectativas entre una población decepcionada, harta de corrupción, de ineptitud y sometida por una inseguridad pública desbocada; ofreció acabar en seis meses con este problema, pero, obviamente, un expediente de tal naturaleza no es posible resolverlo en seis o doce meses, menos aún con cuerpos policiales nada idóneos, simple carátula para justificar el desvío de cientos de millones de pesos presupuestados para una inexistente capacitación. Si se agrega el gran disimulo que permitió crear una estructura del crimen trabajando en impunidad, se explicará la misión imposible. Signos y voluntad para enfrentar el reto sí los hay, empiezan por obligar a los ayuntamientos a asumir la parte que les corresponde en apego a lo dispuesto en el artículo 21 constitucional que otorga a la Seguridad Pública rango de función de Estado.

Poco se ha hecho en un renglón tan sensible como es el de la Salud. La estructura hospitalaria fue abandonada a partir de 2004 y prosiguió esa inercia de 2010 a 2016, los hospitales cuya construcción se inició en el desgobierno de Fidel no fueron concluidos por Duarte: Papantla, Perote, Nautla, Soledad Atzompa, Coatzacoalcos, Veracruz, entre otras poblaciones, atestiguan la criminal desidia. El Centro de Cancerología de Xalapa, iniciado con Alemán como uno de los mejores de México, mantiene una plantilla de personal médico y paramédico de excelente rango, pero por exiguo mantenimiento con frecuencia el equipo médico está fuera de servicio, y se refleja en atención deficitaria.

El campo luce en tinieblas, no se corresponde con la abundancia de recursos dotados por Natura. El turismo camina a ras de piso, solo la conurbación Veracruz-Boca del Río, y la excepcional Orizaba, pueden presumir avances, en otras regiones los prestadores de servicios sobreviven con menos del 50 por ciento de ocupación. Sobre la infraestructura carretera veracruzana, nadie exagera al calificarla como una de las peores en la república mexicana. Tal es la herencia de dos gobiernos desordenados y corruptos. A ese escenario se ha enfrentado el actual gobernador, cuyo primer informe está a la vuelta de los días.

El estilo es el hombre. Más allá de su casi nula relación con los medios de comunicación local, el gobernador tiene fama de un carácter de mecha corta, es frontal en sus expresiones y eso aporta a la tirante interlocución. Sin embargo, acostumbrados a la unilateralidad de criterio y de observación, olvidamos que ningún otro político veracruzano ha sido tan vapuleado como Yunes Linares, y que no pocos medios tuvieron ese encargo mediante jugoso chayote. No es errónea la inferencia de que llegó al gobierno independientemente de los medios locales, no los requirió para su ascenso, puede ser selectivo ya en el “pinche” poder.

Cuando se vincula a quien ahora gobierna con su indudable interés porque el PAN permanezca en el poder veracruzano, la pregunta expresa es ¿lo conseguirá con el método de sus actitudes?

La respuesta está en el aire porque intervienen varios factores, entre estos, un elemento de capital importancia lo representan las candidaturas del PRI y de Morena. Pero tener la sartén por el mango acarrea ventajas: con dinero se hacen obras, una cirugía gratuita, una calle pavimentada, un hospital concluido, una carretera inaugurada, apoyos campiranos, reducción de la inseguridad, etc., formarán un universo adicional imposible de pasar por alto, si son o no determinantes lo sabremos en julio próximo.

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