En el caso de la prestigiada doctora Rocío Córdova, citada por la Fiscalía General para aprovechar los datos de su investigación, no se trata de desgarrarse las vestiduras y en ese intento arroparse tras el prestigio de la Universidad Veracruzana, sino escrutar con ánimo sereno y objetivo cuanto ocurre acerca de los resultados de la investigación del Instituto de Investigaciones Histórico Sociales de la Universidad Veracruzana, porque la doctora Córdova acudió a la Fiscalía y esta instancia decidió cerrar el expediente porque los datos “no son verificables”, es decir, debemos suponer, no se aportan casos concretos. De ser correcta esa versión la Institución Universitaria queda mal parada por lo frágil de su investigación, y entonces tendríamos que ir más a fondo para resolver si existen tintes políticos y, lo que sería peor, se escuda en una institución de prestigio como lo es la Universidad. Por otro lado, queda en el aire una actitud de gobierno que se antoja excesiva pues en vez de orden de presentación hubiera bastado hacer una invitación a la doctora Córdova, aunque en este caso se hubiera dejado a su libre albedrío presentarse o no.